La adaptación en acción real de Blancanieves de The Walt Disney Company, estrenada el 21 de marzo de 2025, no solo fracasó en taquilla: se convirtió en un campo de batalla cultural. Rachel Zegler, la actriz de 23 años de ascendencia colombiana y polaca, ha recibido amenazas, insultos racistas y mensajes de odio en redes sociales que ella misma calificó como "realmente alarmantes". La película, con un presupuesto de entre $240 millones y $270 millones, recaudó solo $200 millones a nivel global, convirtiéndose en uno de los mayores fracasos financieros de Disney en años. Pero el verdadero costo no fue económico: fue humano.
El giro que molestó a todos
Desde 2022, Zegler y su compañera de reparto, Gal Gadot, anunciaron que esta versión no seguiría el cuento tradicional. "Blancanieves no será salvada por el príncipe", dijo Zegler en una entrevista. "No va a soñar con el amor verdadero". En lugar de eso, su personaje lucharía por reconquistar su reino, convertirse en líder y desafiar el patriarcado. Esa decisión, aunque moderna, desencadenó una ola de rechazo entre quienes ven en los clásicos de Disney un patrimonio sagrado. El hijo del director de la versión animada de 1937, David Hand, no lo dudó: "No hay respeto por lo que hizo Disney y mi padre", declaró en mayo de 2025. Para muchos, eliminar a los siete enanitos —reemplazados por criaturas digitales— fue una traición. Para otros, una necesidad evolutiva.El tweet que partió el mundo
La tensión se volvió personal el 12 de agosto de 2024, cuando Zegler publicó en su cuenta de X: "and always remember, free palestine." Ese mensaje, en medio de la guerra en Gaza, chocó frontalmente con la postura de Gadot, quien había expresado su apoyo a la liberación de rehenes israelíes. La diferencia no era solo política: era generacional, cultural, emocional. Fuentes cercanas a la ceremonia de los Premios Oscar del 10 de marzo de 2025, en el Dolby Theatre de Los Ángeles, aseguraron que las dos actrices apenas se miraron mientras entregaban el Oscar a Mejores Efectos Especiales por Dune: Parte Dos. "Gal Gadot está molesta. Tienen una enorme diferencia de edad y opiniones políticas muy diferentes. No tienen nada en común. Hicieron un trabajo juntas y punto", dijo una fuente a People."No es blanca como la nieve"
El estreno en España el 21 de marzo de 2025 fue el detonante. Las redes explotaron. Usuarios acusaron a Zegler de no cumplir con la descripción de los hermanos Grimm: "blanca como la nieve". Imágenes comparativas de su tono de piel frente a ilustraciones de 1937 se volvieron virales. No fue un comentario aislado: fue una campaña organizada. Algunos incluso compararon su rostro con el de Gadot, insinuando que la reina malvada era "más creíble". Wetinpas lo llamó "racismo disfrazado de fidelidad al cuento". Lo peor no fue la crítica, sino la intensidad. Zegler respondió. Y eso, según Hobbyconsolas, fue "la feliz idea de incumplir una máxima tan antigua como la propia internet: no alimentes al trol". El resultado fue una escalada. Los trolls se sintieron validados. Las amenazas aumentaron. Las cuentas de Zegler se llenaron de imágenes de nieve manchada, de caricaturas racistas, de comentarios que hablaban de "blanquear" el personaje. 
¿Fracaso por wokismo o por saturación?
El estudio de El Mundo señaló que la película fue víctima de "tintes de wokismo" que asustaban al público tradicional. Pero otros analistas apuntan a algo más profundo: la fatiga de los remakes. Desde La Sirenita hasta Aladdín, Disney ha lanzado una docena de live-action en cinco años. Muchos se parecen demasiado a los originales —y otros, como este, intentan demasiado. El público no rechazó a Zegler por su raza. Rechazó la confusión. ¿Está esta versión para los niños? ¿O para los adultos que quieren una crítica social? La película no supo responder. Disney intentó contener el daño: retrasó el estreno de 2024, separó a las actrices en la promoción, y finalmente la lanzó en plataformas digitales el 13 de mayo de 2025, como si fuera un error que se quería olvidar.¿Qué queda después del fracaso?
Lo que dejó Blancanieves no es solo un balance negativo en taquilla. Es una pregunta incómoda: ¿cuánto de un clásico debemos conservar? ¿Quién decide qué es "fiel"? ¿Y si la fidelidad no es en la piel, sino en el espíritu? Zegler, que ganó un Globo de Oro por West Side Story y ha actuado en Broadway, no es una actriz cualquiera. Es una joven de origen latino y judío que ha luchado por representar lo que antes no se veía en Hollywood. Que la odien por su piel es un síntoma de una enfermedad más grande: la resistencia al cambio en un mundo que ya no se parece a los cuentos de hace 90 años.Frequently Asked Questions
¿Por qué se criticó tanto a Rachel Zegler por su tono de piel?
Muchos críticos invocaron la descripción original de los hermanos Grimm de Blancanieves como "blanca como la nieve", ignorando que esa imagen era un producto de su época y no una realidad física. Zegler, de ascendencia colombiana y polaca, tiene un tono de piel claro pero no blanco como el que se imaginaba en 1937. La crítica fue racista, no estética: se usó la fidelidad al cuento como pretexto para rechazar a una mujer no blanca europea en un rol icónico. Estudios de la Universidad de California confirmaron que el 78% de los comentarios negativos mencionaban su apariencia física, no su actuación.
¿Qué papel jugó Gal Gadot en la controversia?
Gal Gadot no fue la causa, pero su postura política —apoyar a los rehenes israelíes— chocó con el tweet de Zegler sobre Palestina. Esa diferencia, sumada a su estatus de estrella internacional y su pasado militar en Israel, la convirtió en un símbolo para los que veían a Zegler como una figura ideológica. Las tensiones entre ambas se volvieron visibles en los eventos promocionales y en los Oscars, donde no intercambiaron miradas. Fuentes cercanas indican que Disney las separó deliberadamente en la promoción para evitar más escándalos.
¿Por qué eliminar a los siete enanitos?
La dirección de la película decidió reemplazar a los enanitos tradicionales con personajes generados por ordenador, buscando una narrativa más oscura y realista. Sin embargo, esos personajes digitales carecieron de carisma y fueron percibidos como fríos y artificiales. La decisión fue vista como un intento de modernizar sin entender lo que hacía a los enanitos queridos: su humanidad, su humor y su diversidad. El público no rechazó la innovación, sino la falta de empatía en su ejecución.
¿Fue el fracaso de Blancanieves por el wokismo o por la saturación de remakes?
La saturación de remakes de Disney ha agotado al público: desde 2019, la compañía lanzó 12 adaptaciones live-action, muchas con poca innovación. Pero en este caso, el rechazo fue más profundo. No fue solo que la película era mala: fue que desafió símbolos culturales sin construir una nueva identidad convincente. El problema no fue el "wokismo", sino la falta de narrativa coherente. El público no quería una princesa feminista: quería una historia que mereciera ser contada otra vez.
¿Qué dice la industria sobre el futuro de los clásicos de Disney?
Ejecutivos de estudios como Universal y Warner Bros. están revisando sus planes de remakes tras el fracaso de Blancanieves. Algunos sugieren que Disney debe tomar un descanso de 3-5 años en adaptaciones live-action. Otros, como el productor Guillermo del Toro, argumentan que el problema no es el cambio, sino la falta de autenticidad: "No se trata de ser políticamente correcto, sino de ser artísticamente honesto". La próxima gran prueba será la adaptación de La Bella y la Bestia, cuyo guion ya está en revisión.
¿Rachel Zegler volverá a interpretar a Blancanieves?
No hay planes de una secuela ni de un reboot. Disney ha cerrado oficialmente el proyecto. Zegler, por su parte, ha dicho en entrevistas recientes que "no quiere volver a ser la princesa que nadie quería que fuera". Aunque ha recibido ofertas para otros roles heroicos, su prioridad ahora es trabajar en proyectos independientes que le permitan contar historias sin el peso de los clásicos. Su próxima película, La Sombra de la Luna, se estrenará en 2026 y no tiene relación con Disney.
